Boletín de prensa #120
Las mujeres del Valle son más vulnerables dentro de la crisis. Los datos de la encuesta del Observatorio para la Equidad de las Mujeres – OEM 2019 así lo demuestran. Cinco datos resumen esa urgencia:
Las mujeres del Valle tienen trabajos más precarios. El 65,2 de las mujeres tienen situaciones precarias del trabajo. El 27,3 trabaja en su casa sin recibir ningún ingreso fijo, el 20,6 está desempleada y realizando actividades ocasionales para generar ingresos y el 17,3 reporta ser trabajadora independiente. Ninguno de estos segmentos de mujeres tienen contribuciones y acceso sistemático a la seguridad social.
Las mujeres del Valle realizan siete veces más trabajo de cuidado que sus pares hombres. Esto implica que, en esta crisis, las mujeres están asumiendo una carga de trabajo excesiva, ya que las condiciones de empleo en casa no asumen que el hogar era ya un espacio de trabajo para las mujeres. Esto implica que las mujeres vivirán, en términos de carga de trabajo, el doble de la cuarentena que sus parejas varones.
La cuarentena dispara el riesgo de violencias basadas en género y su impunidad. El 46,7% de las mujeres del Valle reporta inseguridad en su hogar y no sabe si su hogar es un espacio libre de violencia. No podemos olvidar que las cuarentenas obligan a las mujeres y las niñas a convivir por largos periodos con sus victimarios. A la fecha, solo una de las rutas de atención de violencias basadas en género ha migrado efectivamente su atención a canales virtuales y se han reportado, desde enero, 10 casos. Hay una alarma en el Valle por el subregistro de casos.
Las mujeres tienen menos acceso al sistema de salud. Solo 39% de las mujeres del Valle está afiliada, es cotizante o es beneficiaria de alguna entidad de seguridad social en salud. La percepción de la precariedad frente a los sistemas de salud es alta. 43% de las mujeres encuestadas reporta como necesarias las medidas del gobierno frente al sistema de salud.
*Todas las cifras se presentan en porcentajes.
Este jueves 2 de abril a las 6:00 p.m. se realizará un conversatorio donde se publicarán las cifras de violencia:
¿Qué hacer en la crisis por y para las mujeres?
Sabemos que en situaciones de ajuste económico las mujeres son las que más sufren por pérdida de empleo y precarización. También tenemos datos sobre la mayoría de mujeres en sectores informales o de las economías populares que harán que el impacto de la crisis sea diferenciado. En medio de la turbulencia, es necesario reconocer que las mujeres son un sector vulnerable que necesita medidas particulares. Por ello recomendamos estas tres alertas dirigidas a orientar políticas eficaces y diferenciadas en materia de género.
Alerta 1. La economía de cuidado. El sistema de cuidado está colapsado, por dentro y fuera de los hogares. Los gobiernos deben tomar medidas urgentes para proteger a las mujeres vinculadas con el sistema de cuidado en trabajos precarios (servicios domésticos, cuidado de enfermos, niños y personas de la tercera edad, mujeres vinculadas con el sector del cuidado corporal y la belleza, entre otras) y propiciar una distribución equitativa del trabajo de cuidado en casa. Esto implica:
– Tener datos sobre la economía informal, mayoritariamente femenina.
– Sensibilizar al sector formal de la carga de cuidado de sus trabajadoras e incentivar el trabajo de cuidado masculino.
– Generar alertas de crisis emocional derivada de la carga de trabajo.
Alerta 2. Espacio público seguro para las mujeres. La pandemia y sus medidas nos afectan de maneras diferentes. Mientras las capas medias pueden estar confinadas en sus casas, los estratos populares – más vulnerables por las coberturas del sistema de salud- no tienen estancias de cuarentena seguras, bien porque no pueden dejar de salir porque de sus salidas depende su sustento, o bien porque sus espacios hogareños están colapsados con estructuras familiares distintas a las que la norma de la cuarentena imagina(familias monoparentales, nucleares).
En ese sentido, los espacios públicos pueden ser espacios seguros para las mujeres de los estratos populares, si se toman las medidas adecuadas. Esto, además, las aleja de agresores frecuentes que actúan en los espacios hogareños. No podemos olvidar que las cuarentenas obligan a las mujeres y las niñas a convivir por largos periodos con sus victimarios.
Sin embargo, el uso del espacio público de forma diferenciada no debe reemplazar los planes de virtualización o accesibilidad alternativa de las rutas y procesos de denuncia y atención que las ciudades han previsto para la atención a las VBG. Es urgente que los canales de reporte y las redes de solidaridad de las mujeres sean múltiples, visibles y efectivos.
Alerta 3. Garantías de mínimo vital. En ciudades con hogares de mayoritaria jefatura femenina, es urgente pensar en estrategias diferenciadas para la garantía del acceso a la salud y el mínimo vital de las mujeres, que son, además, el grupo de mayor exclusión general frente al sistema de salud. Los problemas de acceso son mayoritariamente femeninos, dada la informalidad del trabajo de las mujeres. Pensar el acceso a la salud en clave de género es vital. Si las mujeres están entregando el cuidado a las familias: ¿Cómo organizamos una atención en salud sensible a estas circunstancias?
Alerta 4. La solidaridad de las mujeres. Actualmente hay más de 20 iniciativas de apoyo a las mujeres vulnerables desarrolladas por redes sociales y organizaciones de base de Cali. Es importante apoyar estas iniciativas y promover su trabajo cruzado, alianzas y consolidación. Para conocer estas iniciativas, visite en redes OEM Colombia.
Más informes: Lina Buchely, Directora de OEM, observatorio.mujer.col@gmail.com